miércoles, 7 de noviembre de 2012

GRANADA










La Alhambra es una ciudad palatina andalusí situada en Granada, España. Se trata de un rico complejo palaciego y fortaleza (alcázar o al-qasr القصر) que alojaba al monarca y a la corte del Reino nazarí de Granada. Su verdadero atractivo, como en otras obras musulmanas de la época, no sólo radica en los interiores, cuya decoración está entre las cumbres del arte andalusí, sino también en su localización y adaptación, generando un paisaje nuevo pero totalmente integrado con la naturaleza preexistente. En 2011 se convirtió en el monumento más visitado de España, recibiendo la cifra histórica de 2.310.764 visitantes.[1]
Etimológicamente, «Alhambra» en árabe es «al-Ħamrā» (اَلْحَمْرَاء, 'la Roja'), procedente del nombre completo «al-Qal'a al-hamra» ('fortaleza roja'). En su evolución, el castellano intercala entre la m y la r una b, como en «alfombra», que en el árabe clásico tenía el significado de 'rojez', escrito como «al-humra». Existen más teorías para explicar el origen del nombre de la Alhambra, pues hay otros autores que arguyen que en la época andalusí la Alhambra estaba encalada y su color era blanco. El nombre de «roja» le vendría porque cuando se construyó se trabajaba de noche, y vista por la noche, desde lejos, debido a la luz de las antorchas, se veía roja. Otros autores defienden que «Alhambra» es simplemente el nombre en femenino de su fundador, Abu al-Ahmar, que en árabe significa 'el Rojo', por ser pelirrojo.






 

 



Historia

Una puerta de la Alhambra. Grabado antiguo.


La Alhambra es una ciudad amurallada (medina) que ocupa la mayor parte del cerro de La Sabika. La Granada musulmana tenía su propio sistema de amurallamiento, por tanto la Alhambra podía funcionar con autonomía respecto a la ciudad. En la Alhambra se encontraban todos los servicios propios y necesarios para la población que vivía allí: palacio real, mezquitas, escuelas, talleres, etc.
En 1238 entra en Granada por la Puerta de Elvira, y para ocupar el Palacio del Gallo del Viento, Mohamed-Ben-Nazar (o Nasr), llamado Al-Ahmar el Rojo (ya que tenía la barba roja).
Cuando Ben Al-Ahmar (Mohamed Ben Nazar) entró triunfador en Granada en ese año de 1238, la población le recibió con el grito de «Bienvenido el vencedor por la gracia de Alá», él respondió: «Solamente Alá vence». Éste es el lema del escudo nazarí y también está escrito por toda la Alhambra. Ben Al-Hamar construyó el primer núcleo del palacio. Su hijo Mohamed II, que fue amigo de Alfonso X el Sabio, lo fortificó.
El estilo granadino en la Alhambra es la culminación del arte andalusí, lo que ocurrió a mediados del siglo XIV con Yusuf I, que construyó la Torre de Comares, y con Mohamed V, quien edificaría el Patio de los Leones.
En 1492, con la conquista de Granada por los Reyes Católicos, la Alhambra pasa a ser palacio real. Íñigo López de Mendoza, conde de Tendilla, fue el primer alcaide cristiano de la Alhambra. Hernando del Pulgar, cronista de la época, cuenta: «El conde de Tendilla y el Comendador Mayor de León, Gutierre de Cárdenas, recibieron de Fernando el Católico las llaves de Granada, entraron en la Alhambra y encima de la Torre de Comares alzaron la cruz y la bandera».
La ocupación napoleónica supuso un episodio negativo para la Alhambra. En 1812, el ejército francés, en su retirada de Granada, decidió volar la Alhambra con diversas cargas explosivas conectadas por un reguero de pólvora. [cita requerida] Para entonces ya se habían venido abajo algunos torreones defensivos, como la Torre de los Siete Suelos. [cita requerida] Sólo el arrojo de un soldado español pudo evitar su total destrucción, al interrumpir el curso de las explosiones.[2]
El Comité del patrimonio mundial de la Unesco declaró la Alhambra y el Generalife de Granada como Patrimonio de la Humanidad en su sesión del día 2 de noviembre de 1984[3] y cinco años después, el barrio de El Albaicín (Al Albayzín [cita requerida]), antigua ciudad medieval musulmana, obtuvo la misma denominación como extensión de la declaración como Patrimonio Cultural de la Humanidad de La Alhambra y el Generalife. La Alhambra fue uno de los 21 candidatos finalistas para ser una de Las nuevas siete maravillas del mundo moderno, aunque finalmente no fue elegida a formar parte del grupo.

Torre del Mihrab


Esta torre se levanta a la derecha de la Torre de las Damas. En su interior se encuentra un oratorio, dispuesto para las personas que habitaban el palacio inmediado. En 1932 fue devuelta a su aspecto primitivo tras una restauración desafortunada del siglo XIX.

La fachada, que posee arco de herradura en su centro, aún conserva restos de las yeserías decorativas. La estancia interior se encuentra dividida en dos partes desiguales por un arco semicircular. El mihrab, con techo de maderas ensambladas, es muy semejante a los de las mezquitas norteafricanas. En su arco de herradura cubierto de mocárabes puede leerse la siguiente inscripción: "Ven a orar y no seas de los negligentes




Palacios nazaríes (principales estancias)
Los palacios nazaríes son el conjunto formado por el Palacio de Comares, construido en primer lugar, y el Palacio de los Leones. Cronológicamente fueron levantados después de la alcazaba, el generalife y el Partal, siendo su construcción del primer tercio del siglo XIV. Constituía la sede de las funciones administrativas, de la corte, protocolo y retiro y disfrute privado. Al bajar las escaleras de acceso, se van encontrando las siguientes dependencias:

Mexuar

Es la sala más antigua. En época árabe servía de sala de audiencia y justicia para casos importantes. Tenía una cámara elevada cerrada por celosías donde se sentaba el sultán a escuchar sin ser visto. No existían las ventanas laterales. Tenía el techo abierto en su parte central. Al fondo se encuentra una pequeña habitación, que servía de oratorio, desde donde se divisa el Albaicín, se encuentra orientado de forma diferente a la muralla, para cumplir su función religiosa. La decoración es el resultado de multitud de intervenciones entre el siglo XVI y el siglo XX. En tiempos cristianos se utilizó esta sala como capilla. A continuación se entra en un patio con fuente en el centro y una cámara a la izquierda, denominado patio del Mexuar.
Patio del Mexuar o del Cuarto Dorado
No se conoce con certeza el destino dado a esta zona en época árabe. Si se conoce que se adaptó como habitación para Isabel de Portugal, para su estancia en la Alhambra, aunque nunca llegó a ocuparla. En la fachada del cuarto destacan los capiteles de su arco de entrada. Dentro del cuarto sobresale la techumbre, en madera de cedro, y decoración de piñas y conchas. Bajo él, ventanas cerradas con celosías. Dos portadas rectangulares bordeadas de cenefa de cerámica. La estancia está decorada con pinturas góticas y escudos y emblemas de los Reyes Católicos.
Existen dos puertas, una que conduce al palacio oficial y otra que no conduce a ningún lugar. La que conduce al palacio es más sencilla que la otra, se trataba así de confundir a los asaltantes y ladrones.
La fachada del palacio fue erigida por mandato del Mohamed V, siendo inaugurada en 1370, es una fachada interior que no anticipa la majestuosidad del interior del palacio.
Sala de la Barca




Desde la galería norte del Patio de los Arrayanes y a través de un arco apuntado de mocárabes, accedemos a la sala de la Barca, llamada así ya que tiene un artesonado magníficamente ensamblado en forma de casco de barco. Esta sala, de forma rectangular de 24 metros por 4,35, parece ser que era más pequeña en un principio, y su ampliación fue realizada por Mohamed V. En esta sala existió una bóveda semicilíndrica que fue destruida por el fuego del incendio de 1890, sustituida por una reproducción de aquella que fue totalmente terminada en 1964. Los muros presentan ricas yeserías con el escudo nazarí y dentro de él, la palabra «Bendición» y el lema de la dinastía «Sólo Dios es vencedor».
La sala se encuentra rodeada por un zócalo en cuyos extremos encontramos alcobas con zócalos de azulejos, que revisten las columnas que sujetan arcos peraltados y festoneados de mocárabes y pechinas.









La sala se encuentra rodeada por un zócalo en cuyos extremos encontramos alcobas con zócalos de azulejos, que revisten las columnas que sujetan arcos peraltados y festoneados de mocárabes y pechinas. Desde aquí se accede al Torreón de Comares, presidido por el Salón de los Embajadores.

 
 
 
 

 
 
 
 
 

Cuarto Dorado


Denominado así por el repintado mudéjar de su artesonado, el Cuarto Dorado fue mandado construir por Mohamed V y pertenece al Palacio de Comares. A su entrada encontramos un pórtico de tres arcos sobre columnas, con capiteles de mármol del siglo XII. A la izquierda, un pequeño arco comunica con el Mexuar y, al fondo, existe otro arco decorado con mocárabes, celosías y flanqueado por otros dos pequeños, que enlaza con una pequeña habitación, cubierta con alfarje de lazo con pinturas góticas, el escudo de los Reyes Católicos y sus emblemas. En la pared frontal de la sala, encontramos un balcón dividido por una columna con capitel cristiano bajo un friso de mocárabes. El capitel está decorado con los mismos emblemas reales. 
 
 
 
 
 
 


Torre de la Cautiva


Torre de la Cautiva
Torre de la Cautiva
Torre situada en el camino de ronda de la muralla, fue conocida en el siglo XVI como de Torre de la Ladrona y de la Sultana. Se cambió su nombre por el de la Cautiva porque se pensaba que en ella vivió Doña Isabel de Solís, convertida al Islam con el nombre de Zoraya, favorita del rey Muley Hacén.

Se accede a la planta baja por un pasadizo que nos lleva a un patio con galerías abiertas por arcos peraltados festoneados en tres de sus lados, con impostas de mocárabes. Este patio comunica con una sala cuadrada a través de un arco doble de mocárabes, la cual presenta un artesonado del siglo XIX y unos camarines con balcones al exterior. Las inscripciones de sus paredes nos revelan su importancia defensiva dentro del conjunto, y su carácter de torre-palacio de gran belleza.

Interior de la Torre de la Cautiva
Interior de la Torre de la Cautiva
Fue restaurada entre 1873 y 1876 tras ser vivienda primero de los alcaides cristianos y luego de particulares.




 
 


Torre de Comares, Salón de Comares o Salón de los Embajadores
Desde el patio de los Arrayanes destaca en uno de sus extremos, el imponente torreón de Comares, se accede a él por la sala de la barca. El salón de Comares es la estancia más amplia y elevada de todo el palacio, ocupa el interior de la Torre de Comares, dominando con su vista el valle del Darro. Su construcción data del segundo tercio del siglo XIV, siendo sultán nazarí de Granada, Yusuf I, aunque probablemente no viera terminada la obra que ordeno construir y adornar ricamente, ya que diversas inscripciones atribuyen su autoría a su hijo Mohamed V, su función principal era celebrar las audiencias privadas del sultán.
Presenta planta cuadrada de 11 metros de lado y 18 de altura, originalmente el suelo era de mármol y en la actualidad de barro. En el centro de la sala se puede observar un cuadrado con el nombre de Alá escrito sobre azulejos.
Es un lugar con un contenido poético muy rico, podemos encontrar distintas composiciones, alabanzas a Dios y al emir y también algunos fragmentos del Corán. Cada centímetro de la pared está cubierto por algún elemento decorativo.
En los laterales del salón hay 9 alcobas, tres por cada uno de los lados del salón, correspondiendo la alcoba central del lado norte al sultán, también se abren una serie de ventanas cerradas antiguamente por celosías de madera y vidrieras de colores llamadas cumarias, (de ahí el nombre de comares). Todas las paredes están cubiertas de yeserías con motivos de conchas, flores, estrellas, escrituras. Sala policromada: oro en el relieve, colores claros en lo profundo. Zócalo decorado con azulejos. El suelo original era de cerámica vidriada en blanco y azul con escudos de armas como motivos ornamentales.
Las paredes están, además, decoradas con versículos coránicos y poemas realizados en yesería, lo que le debían conceder a esta sala en sus orígenes, con la decoración que no nos ha llegado, con sus juegos de luz y su ambiente cortesano, una de las salas palaciegas más impresionantes del mundo islámico. La calefacción era de braseros y la iluminación con lámparas de aceite.
Uno de los aspectos más atrayentes del Salón de los Embajadores es su techo, de forma cúbica. En él se representan los siete cielos de la cultura musulmana, situados uno encima de otro. El Corán dice que sobre ellos está el trono de Dios; todo el techo está lleno de estrellas, en total son ciento cinco.



El techo es una representación del Universo, quizás una de las mejores representaciones de la Edad Media. Realizado en madera de cedro con incrustaciones de maderas de diferentes colores, va formando estrellas superpuestas que forman diferentes niveles. En el centro y lo más elevado está el Escabel (عرش) sobre el que se establece Dios-Alláh según los relatos coránicos. Desde éste se van repitiendo las figuras geométricas que dividen el techo en siete espacios, que representan los 7 cielos que descienden consecutivamente hasta este mundo: el 7 es uno de los números simbólicos por excelencia. Entre todos ellos configuran el Trono (كرس), que es el símbolo de la creación entera. Este uso simbólico de cosmología coránica -con tantas alusiones al Escabel, el Trono, al Rey que se asienta sobre él- tiene una clara intención de legitimar al soberano como representante (jalifa de donde viene califa) de Dios en la tierra. El hecho de que el salón fuese el salón del trono, que estaba situado en su centro, justo debajo del escabel divino, es una clara referencia a esto. Pero la simbología de la sala no acaba ahí: las 4 diagonales del Techo de Comares representan los cuatro ríos del Paraíso y el Árbol del Mundo (o Axis Mundi), que teniendo sus raíces desde el Escabel se expande por todo el Universo. Pero no acaba ahí su simbología: las alcobas, 9 presentes (tres en cada muro), más 3 omitidas para dejar el paso a la sala de la baraka, son una referencia a las 12 casas zodiacales, en correspondencia con el papel de séptimo cielo que ocupa esa altura.
Salimos otra vez al Patio de los Arrayanes. En un extremo del lado izquierdo del patio, un pequeño arco sirve de ingreso a un pasadizo por el que se llega a la zona privada del monarca, el Harén (Haram significa lugar privado). Se accede al Palacio de los Leones a través de:
Sala de los mocárabes
Se llama así por la bóveda de mocárabes que la cubría. La de hoy es del siglo XVII. Muros con labor de yesería, inscripciones religiosas y escudo de la dinastía Nazarí. Una arquería de mocárabes da paso al:
 
 
 
 
 
Patio de los Leones
Se comenzó su construcción en 1377,[4] por deseo de Mohamed V, hijo de Yusuf I, siendo su alarife mayor Abén Cecid, concluyéndose trece años después. Los árabes de Granada, antes de llamar al Patio de los Leones Sahan al-Osud, lo hicieron con la denominación de Al-Haram. De planta ligeramente trapezoidal, el lado oriental es mayor que el que da a poniente (el de la sala de Mocárabes), el largo del conjunto, -219 pies, incluyendo las salas de Mocárabes y Reyes es igual al triple del ancho del Patio en su lado menor o de poniente (73 pies)-,[5] rodeado por una esbelta galería con 124 columnas de mármol blanco de Macael (Almería), las cuales se agrupan, a más de las exentas, en conjunto de dos, tres, y hasta cuatro en las esquinas, sustentando, o bien sólo apuntalando, las arcadas de filigrana, siendo simétricos los lados mayores y asimétricos los menores, de los que avanzan sendo pabellones hacia el patio, en cuya intersección de ejes transversales y longitudinal se ubica la fuente con los doce leones que le da nombre. Alrededor, las alcobas, salas privadas del sultán y esposas con piso alto abierto, falta de ventanas que miren al exterior, pero con jardín interior como corresponde a la idea musulmana del paraíso. Lo que hoy es tierra en el patio, fue jardín. De cada sala fluyen 4 arroyos que van al centro: los 4 ríos del paraíso. Las columnas se unen con paños calados que dejan pasar la luz. Fustes cilíndricos muy delgados, anillos en la parte superior, capiteles cúbicos sobre los que corren inscripciones. Las planchas grises de plomo convierten los empujes horizontales en verticales. Los dos templetes que avanzan a los dos lados opuestos del patio son como un recuerdo de la tienda de campaña de los beduinos. Son de planta cuadrada, decorados con cúpulas de madera que se apoyan en pechinas de mocárabes. El alero es obra del siglo XIX. Toda la galería está techada con artesonado de lacería.
Fuente de los Leones
Los últimos datos conseguidos gracias a la restauración de los leones y la taza de la fuente han podido indicar que, tanto los leones como la taza, datan del siglo XIV y de la misma procedencia y material (mármol de Macael, Almería) siendo fabricada la fuente en su conjunto, tanto leones como taza, al mismo tiempo. Este descubrimiento viene a rectificar las informaciones que indicaban la procedencia de los leones de un palacio, anterior a la alhambra, perteneciente al primer visir de la dinastía zirí Samuel Ibn Nagrella. A su vez, se ha podido descubrir tres tipologías de leones en base a sus elmentos formales diferenciadores. Cada una la conforma un grupo de cuatro leones con similitud dos a dos en sus rasgos: nariz, pelaje de la melena, fauces y posición y relieve de la cola.
"(...)A tan diáfano tazón,
tallada perla,
por orlas el aljófar remansado,
y va entre margaritas el argento,
fluido y también hecho blanco y puro.
Tan afín es lo duro y lo fluyente
que es difícil saber cuál de ellos fluye(...)"
La fuente de los leones tiene diversas significaciones o simbologías, ninguna de ellas corroboradas. Por una parte los doce leones tienen una simbolización astrológica, cada león alude a un signo zodiacal. Por otra, tiene una significación política o mayestática que está relacionada con el rey Salomón (el rey arquitecto) puesto que hay una inscripción en la fuente referida a este. Por última y la más importante, alude a un símbolo paradisíaco refiriéndose así a la fuente, originaria de la vida y los 4 ríos del Paraíso. Pero lo que si se puede decir, es que la fuente como tal es una alegoría del poder que reside en el sultán.
Sala de los Abencerrajes
Esta sala fue alcoba del sultán. Al ser cuarto privado no hay ventanas al exterior. Los muros están ricamente decorados. El estuco y los colores son originales. El zócalo de azulejos es del siglo XVI, de la fábrica de azulejos sevillana. La cúpula está decorada con mocárabes; en el suelo, en el centro, una fuentecilla servía para reflejar la cúpula de mocárabes, que al estar ricamente decorada, conseguía una luz encantadora y mágica, pues al entrar la luz por la parte superior iba cambiando según las distintas horas del día.
Sala de los Reyes
Ocupa todo el lado oriental del patio. Llamado así por la pintura que ocupa la bóveda del cuarto central. Es la sala más larga del Harén, dividida en 3 cuartos iguales y dos pequeños que pudieran ser armarios, por su emplazamiento y falta de iluminación. Probablemente destinada a fiestas familiares. En la bóveda del centro, las pinturas representan a los 10 primeros reyes de Granada desde la fundación del reino, uno de ellos con barba roja que puede ser Mohamed ben Nazar llamado Al-Hamar el Rojo, fundador de la dinastía Nazarí. En las bóvedas laterales hay pinturas que representan caballeros y damas, realizadas a fines del siglo XIV. Hubo un intercambio artístico en tiempos de Pedro I de Castilla quien solicitó ayuda al rey de Granada para restaurar los Reales Alcázares de Sevilla. Las pinturas llevan una técnica muy laboriosa:
  1. Planchas de madera de peralejo bien cepillada y formando una elipse.
  2. Sobre la superficie cóncava se extiende el cuero mojado, pegándolo con un baño de cola y claveteado con pequeños clavos de cabeza cuadrada cubiertos de estaño para evitar la oxidación.
  3. Sobre el cuero, una capa de yeso, caña y cola de 2 cm de espesor ya tostada y pintada en rojo. Sobre esta capa y con un punzón se dibujan los temas.
La división interna de la sala está realizada mediante arcos de atajo, cortando la estancia de forma perpendicular. Estos arcos muestran su intradós repletos de mocárabes y sus paramentos están cubiertos por yeserías, en los que aparecen símbolos nazaríes y también cristianos. La apariencia conjunta de la sala con sus arcos decorados puede recordar algún modelo de mezquita almohade.
Sala de las Dos Hermanas
Se sale del Patio de los Leones por el lado opuesto a la Sala de los Abencerrajes. Se pasa una puerta original de taracea, una de las más bellas del palacio, actualmente conservadas en el Museo de la Alhambra. El nombre de Dos Hermanas procede de las dos losas de mármol blanco que hay en el suelo a ambos lados de la fuente central, exactamente iguales en tamaño, color y peso. Tiene un mirador sobre la ciudad y comunicación directa con los baños.
Esta sala, al igual que toda la Alhambra, tiene poemas escritos en las paredes. En esta sala se puede leer uno que dice:
"Sin par,
radiante cúpula hay en ella
con encantos patentes y escondidos"

(...) "Nunca vimos jardín tan verdeante,
de más dulce cosecha y más aroma".
En cada cuarto del harén hay dos puertecillas: una da al harén alto, otra es una letrina. No hay cocinas. Empleaban el anafe o cocinaban fuera.
 
 
 
Sala de los ajimeces y mirador de Daraxa o Lindaraja
Al fondo de la sala anterior está el Balcón de Lin-dar-Aixa. Daba al valle del río Darro y se veía a lo lejos la ciudad. La construcción del Pabellón de Carlos V interrumpe ahora la vista, por eso se construyó el Jardín de Lindaraja, italiano, con fuente renacentista y taza de mármol árabe. En el mirador de Lindaraja, se puede leer el siguiente poema: "Yo soy de este jardín el ojo fresco" (...) "En mi, a Granada ve, desde su trono"

Habitaciones del Emperador

Con el nombre de habitaciones del Emperador, se conocen los seis aposentos, que fueron construidos durante el reinado de Carlos V, entre 1528 y 1537 y que configuran el patio de Lindaraja, hacia un lado y el Patio de la Reja, hacia el otro.[6]

Cuarto del Emperador

Construido para que el rey Carlos habitase aquí mientras estaba en Granada, en su viaje de bodas. En el cuarto siguiente a éste hay una placa de mármol en memoria del escritor Washington Irving que residió en esta parte del recinto, mientras escribía sus Cuentos de la Alhambra, en 1829.

El Peinador de la Reina

Torre árabe llamada de Abul-Hachach, usada por el sultán para recreo y meditación. Tras la conquista cristiana fue reformado. La planta superior pudo servir como tocador real y podría haber sido utilizado por la reina Isabel de Farnesio. Su estructura tiene influencias romanas por la presencia del mirador con la galería porticada y su decoración pictórica.[6]

Patio de la reja o de los Cipreses

Se accede a este patio desde la última de la habitaciones de Carlos V, su construcción data de tiempos de Carlos V, al construirse las habitaciones del emperador.

El Partal

Debe su nombre a la voz árabe que significa pórtico, y se refiere a los restos de la residencia del Sultán Yusuf III, el más septentrional de los Palacios Nazaríes.
Corresponde a la zona de las viviendas de los criados de Palacio.
  • Pórtico del Palacio
  • Jardines y paseos
  • Rauda
  • Palacio de Yusuf III
  • Paseo de las Torres
    • de los Picos
    • de las Infantas: Construida en 1445. Es la mejor conservada. Buen ejemplo de lo que era una vivienda andalusí con todas sus comodidades. Es un palacete con bancos a la entrada para los eunucos, patio interior con alcobas, entrada en recodo, fuente en el centro, ventanas a los huertos de flor (en este caso, el Generalife), piso superior para las damas. Arriba, terraza. El techo era de mocárabes y desapareció en un terremoto. Curiosa bóveda de entrada. Residencia de las hermanas Zaida, Zoraida y Zorahaida, cuya historia narra Washington Irving en Cuentos de la Alhambra.
    • de la Cautiva: Suntuosa construcción de Yusuf I. Debe su nombre a Isabel de Solís, que como dice el nombre de dicha torre estaba allí cautiva. Entre sus poemas se puede leer:
      "En sus zócalos, de obra de azulejos,
      y en su suelo, hay prodigios cual tejidos".








Palacio de Carlos V
Su nombre procede de que fue realizado para residencia del emperador Carlos, aunque no queda constancia de que nunca llegara a habitar en él. Está situado junto al Palacio nazarí de Comares, y representa un gran contraste con la arquitectura islámica del resto del recinto. Presenta planta cuadrada, con patio circular, fue diseñado por Pedro Machuca. Sorprendente por el año de construcción (1527), muy temprano para sus características que lo encuadran dentro del manierismo: columnas dóricas en el primer piso, jónicas en el segundo, y friso con cabezas de toro (bucráneos) de tradición grecorromana. En algunos aspectos, repite o anticipa ciertas soluciones arquitectónicas del manierismo en Italia, lo que se explica por la estancia de Machuca en dicho país y por su habilidad para desarrollar con inventiva propia ciertos rasgos del incipiente estilo manierista. La construcción se vio interrumpida en el siglo XVII, hasta que se completó en el siglo XX.
Su fachada es totalmente renacentista. El primer cuerpo, estilo toscano con almohadillado. El segundo con elementos de decoración del barroco. Sobre la puerta principal, dos estatuas aladas de mujer reclinadas en el frontón. Arriba, 3 medallones enmarcados en mármol verde. En los laterales, escenas de Hércules. Los anillos de hierro de la parte baja son pura decoración.









 
 
 
 
 

Jardines del Partal

Jardines del Partal
Jardines del Partal
Estos jardines se extienden desde la salida de la Rauda hasta la explanada en la que se encuentra la Torre de las Damas. En este mismo lugar se encontraban los jardines que rodeaban los palacios reales, distribuidos también de forma escalonada y que, posteriormente, ocuparon las habitaciones del Emperador Carlos V.

Durante la época árabe albergó numerosos edificios de magnates que vivían en torno al Palacio Real, de los que destaca por su importancia la Torre de las Damas
 
 



Patio de la Acequia


El Patio de la Acequia (48,70 metros por 12,80) es la parte más importante del Generalife, si bien, su aspecto ha cambiado desde los tiempos árabes, tanto en sus construcciones como en los ajardinamientos. Presenta un canal que divide el patio longitudinalmente, que conduce las aguas de la acequia de la Alhambra, y que está rodeado de un conjunto de pequeños surtidores, y que termina en sus extremos en dos tazas de piedra. El resto del patio está ocupado por distintas especies vegetales que han ido variando según los gustos de la época. En la actualidad encontramos setos de arrayán, naranjos, cipreses y rosales.

El otro lado del patio lo forma un grueso muro con dieciocho arcos ojivados, abiertos hacia 1670, fecha en la que se realizó una reforma que transformó la dependencia en capilla cristiana, manteniendo oculta su ornamentación y tapiados sus huecos hasta 1922. En la actualidad, estos arcos dan paso a una galería que mira a los jardines bajos. A través del arco central se accede a un mirador con tres arquillos a cada lado, decorados al igual que el resto de la sala. Un pequeño arco en el extremo derecho lleva a una escalera que conduce con los subterráneos y los jardines bajos. En el muro del patio que se encuentra enfrente, se abre otro arco similar que conduce a los jardines altos.

El patio se encuentra cerrado al norte y al sur por dos pabellones, siendo el pabellón sur el inmediato a la entrada principal del patio. Era el más importante, pero ahora su fachada está deshecha y sólo conserva, en mal estado, cinco arcos sobre pilares de ladrillo y dos columnas con capiteles cúbicos descuidadamente labrados. El piso alto de este pabellón está compuesto por una sala con alcobas en los extremos y un mirador que da al Patio de la Acequia, que fue terraza hasta 1926.


El pabellón norte era más bajo al estar compuesto sólo por el pórtico que conducía a una sala y una torre al fondo, pero en 1494 se le agregaron dos pisos y otras construcciones. El pórtico anterior, de cinco arcos, da paso a una sala a través de tres arcos repletos de decoración sobre columnas con capiteles de mocárabes. Posee alcobas en sus extremos y en el muro frontal se abren tres arcos, de los cuales el central permite acceder a una torre mirador, probablemente de 1319, desde el que se pueden contemplar los jardines y valle del Darro, y cuya sala está cubierta por un aljarafe de lacería.


En la época cristiana, se añadieron 2 aposentos a ambos lados, donde se exponían colecciones de retratos reales y de la familia Granada, que en la actualidad se encuentran en la Casa de los Tiros y en Italia, respectivamente. Estos aposentos fueron derribados en 1926, devolviendo el aspecto original al edificio.

A la izquierda se sube a las dependencias antes referidas y a la derecha se encuentra el Patio de los Cipreses






 
 
 
Baños
 

 

Baños
Baños
Fueron construidos al este del Palacio de Comares, siguiendo el modelo de las termas romanas. Así pues, la Sala de las Camas, primera estancia que nos encontramos al entrar en los baños, sería el «apoditerium», que se utilizaba para desvertirse antes del entrar al baño, y posee un espacio cuadrado en el centro, delimitado por columnas, en el que encontramos una fuente y galerías a su alrededor, así como un espacio abierto al piso superior, desde cuya galería se dice que el monarca se asomaba para ver a sus mujeres desnudas, y después lanzaba una manzana a aquella que había elegido para pasar la noche. A los lados encontramos camas destinadas al descanso posterior al baño, con alicatados de colores. Toda la decoración existente es de época cristiana, ya que debido al mal estado que han presentado los baños a lo largo de los siglos, han hecho que se restauren y reconstruyan varias veces.

En el piso superior podemos encontrar una salita con armadura de lazo de estilo mudéjar, y sus arcos poseen inscripciones y adornos de mitad del siglo XV.

El resto de salas es muy simple, sin adornos en las paredes, con pavimento de mármol, zócalos de azulejos muy sencillos, arcos de herradura sin decorar y bóvedas con lucernas en forma de estrella, que estuvieron cerradas con vidrios de colores, y que servían para iluminar la estancia.

Baños
Baños
La siguiente sala es el «frigidarium» o sala fría donde, al contrario que en las termas romanas, en los baños árabes se sustituye la piscina por una pila de agua fría. La sala central es el «tepidarium» o sala templada, que comunica con las otras salas mediante arcos escarzanos, y a continuación accedemos al «caldarium» o sala del vapor, que era la sala caliente del baño, en la que existió una caldera de cobre donde se calentaba el agua que se conducía por galerías subterráneas para calentar estas estancias. Aún podemos encontrar en un nicho de azulejos al fondo de la sala el caño por el que salía el agua caliente. Desde esta sala se hacía el recorrido contrario de nuevo hasta el «apoditerium», con lo cual se obtenía un baño con gradación de temperaturas muy agradable.
 
 
 
 
 

La alcazaba constituía la zona militar, centro de la defensa y vigilancia del recinto y con ello fue la parte de construcción más antigua de la Alhambra. Las primeras edificaciones árabes realizadas se corresponden con la época califal, en el siglo XI, ampliándose las mismas al convertirse Granada en capital de uno de los reinos de Taifas. Los elementos principales son:
  • Terraza de la Torre del Cubo. Torre semicircular, construida alrededor de 1586, sobre una puerta islámica, fue vaciada en el siglo XX. Hoy en día constituye una terraza de privilegio para la contemplación del valle del Darro y el Albaicín.
  • Adarve de la muralla norte.
  • Plaza de Armas.
  • Terraza de la plaza de Armas.
  • Torre de la Vela, constituía la torre de defensa más grande del conjunto militar, por su altura domina toda la vega granadina. Su nombre procede de la campana que los cristianos colocaron en la torre tras la conquista de la ciudad.
  • La Torre del Homenaje. Se levanta en la parte más alta de la fortaleza, tiene algo más de 22 metros de alto y en su interior se distinguen seis pisos. El nivel más alto pudo servir a los alcaides del recinto de centro de operaciones de la defensa.
  • Torre de los Hidalgos.
  • La Torre Quebrada.
  • La Torre Adarguero. Estas tres últimas torres dan a la gran explanada.
  • Jardín de los Adarves, fue creado en el siglo XVII, cuando la fortaleza perdió su carácter defensivo. Existen buenas panorámicas desde este jardín.





Una forma de acceder al recinto es por la Puerta de las Granadas (subiendo desde plaza Nueva), otro acceso es por la Cuesta de los Chinos (al final del paseo de los Tristes), el tercer acceso es por la Cuesta del Realejo (desde la Plaza del Realejo):
El camino central, si se sube por la Puerta de las Granadas, en la actualidad peatonal, llega hasta el Palacio de Carlos V. Andando se puede llegar hasta la Puerta de la Justicia (justicia para casos fáciles) (anteriormente la Bab Axarea, la Puerta de la Explanada, y en ella nunca se impartió justicia) que es de la época de Yusuf I, 1348. En el centro puede verse el relieve de una mano, sobre el 2º arco, el relieve de una llave. Esta simbología ha dado lugar a muchas explicaciones, aunque ninguna definitiva, una posible es explicarlo como una metáfora del conocimiento (la mano debe coger la llave que abre la puerta del conocimiento).
Una entrada también muy importante es el túnel-pasadizo de Al-Hibenn construído pocos más tarde de la construcción de la Alhambra y que en su interior presenta escritos en árabe haciendo referencia a la muerte de Al-Hibenn.
Ambas (aunque el pasadizo de Al-Hibenn sufrió derrumbamientos y no queda constancia de la salida en el interior de la Alhambra, se ha comprobado la salida en uno de los muros) desembocan en una explanada llamada Plaza de los Aljibes, por estar encima de una serie de aljibes. A la derecha está la Puerta del Vino, es uno de los edificios más antiguos, siendo atribuida su edificación a la época del Sultán Muhammand III (1302-1309), la decoración de la fachada o portada de poniente corresponde a la época finales del siglo XIII o principios del siglo XIV, y la de levante es posterior a 1367, y que comunica la Alcazaba con la zona de palacios (los dos más famosos y mejor conservados son el Palacio de Comares y el Palacio de los Leones).
Detrás de la Puerta del Vino, dejando a la derecha el Palacio de Carlos V, se accede a la zona de los palacios.
Cuando los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, conquistaron el reino de Granada, expulsaron al rey de Granada, Boabdil, quien estaba triste por haber perdido lo que él llamaba "el paraíso terrenal". Y cuando ya se iba lloró delante de su madre mirando hacia atrás según se alejaba, hacia su Granada, y ella le dijo: llora como una mujer, lo que no supiste defender como un hombre.
En el camino hacia la costa granadina hay un puerto de montaña llamado "El Suspiro del Moro", nombre que se obtuvo de esta leyenda ya que desde este punto se puede observar toda la ciudad y la Alhambra a lo lejos, y desde donde se supone que paró Boabdil para admirar su reino perdido y no pudo evitar llorar.





 
 
 





CATEDRAL DE GRANADA


El primer proyecto fue encomendado en 1506 a Enrique Egas que concibió un templo de estilo gótico, tomando como modelo la Catedral de Toledo. Las obras comenzaron, bajo la dirección del propio Egas, con la colocación solemne de la primera piedra el 25 de marzo de 1523. Sin embargo, fue Diego de Siloé quien, en 1529, se encargó de las obras, que se concluirán en 1537, presentando un nuevo proyecto mucho más ambicioso. El autor trazó las líneas renacentistas de todo el edificio sobre los cimientos góticos, con girola y cinco naves en lugar de las tres habituales, combinando en su estructura elementos de otros órdenes arquitectónicos. la reforma de la fachada principal emprendida por Alonso Cano (1601 – 1667) en 1664 en la que se introdujeron elementos barrocos.
La magnificencia del proyecto hubiese sido aún mayor si se hubieran erigido las dos grandes torres de ochenta y un metros de altura previstas en los planos. El proyecto no fue terminado por diversos problemas, entre ellos la muerte de Alonso Cano en 1667, y otros económicos, por lo que finalmente, en 1684, la Catedral quedó con una torre, formada solo por tres cuerpos en lugar de los seis previstos y con un total de cincuenta y siete metros de altura.

Interior de la catedral de Granada antes de que se suprimiera el coro..En 1706 Francisco de Hurtado Izquierdo y posteriormente su colaborador José Bada construyeron el actual sagrario de la catedral. En él, el autor rompió su tendencia rococó, respetando la sobriedad de líneas y la estructura clásica del resto del conjunto.wikipedia.

Granada constituye un núcleo receptor de turismo, debido a sus monumentos y a la cercanía de su estación de esquí profesional, así como a la zona histórica conocida como La Alpujarra y también a la parte de la costa granadina conocida como Costa Tropical. De entre sus construcciones históricas, la Alhambra es una de las más importantes del país, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984, junto con el jardín del Generalife y el Albaicín. Su catedral está considerada como la primera iglesia renacentista de España.[6]









Plaza de Armas


La Plaza de Armas constituía la entrada original a la Alcazaba. Estaba compuesta por un conjunto de construcciones en las que se realizaban distintos servicios a los habitantes de la fortaleza. A la derecha existe un gran aljibe de dos naves, que debía ser cisterna de agua de lluvia, pero que a partir del siglo XVII empezó a recibir agua de la acequia de la Alhambra. Cerca del aljibe, a la izquierda de la puerta de la Alcazaba, hay un baño.

En el centro de la plaza y parte del muro encontramos los cimientos de varias casas árabes, donde vivía la población civil encargada de cubrir las necesidades de los dignatarios y militares que allí se encontraban. También podemos encontrar, como no, una gran mazmorra casi al pie de la Torre Quebrada

















Torre de los 7 Suelos

Torre de los 7 Suelos
Torre de los 7 Suelos
La Torre de los Siete Suelos, situada en la cara sur de la fortaleza, fue la entrada más importante a la Alhambra. Los musulmanes la denominaban Bib «al-Gudur» o Puerta de los Pozos, debido a las mazmorras que existían en los campos situados frente a la torre usados para confinar presos.

La tradición dice que ésta fue la puerta por la que Boabdil salió y entregó la Alhambra a los Reyes Católicos, pidiéndoles que nadie volviese a entrar por esa puerta, cerrándola para siempre.

Su nombre actual proviene de la creencia que afirma la existencia de siete pisos subterráneos bajo el baluarte que la defiende, aunque sólo se conocen dos. Estos poseen bóvedas cilíndricas con claraboyas y troneras de artillería en sus muros.

La construcción de la torre es posterior a la puerta, la cual posee encima del dintel la tan nombrada frase: «sólo Dios es vencedor», al igual que la Puerta de la Justicia, por lo que se cree que ambas puertas deben ser de la misma época.